No creo en el azar, ni en las casualidades, ni en las coincidencias, sin embargo me gusta pensar que si un día cualquiera te veo por la calle y me sonries, es por algo. Tampoco creo en los amuletos de buena suerte, sin embargo el día que no llevo puesta mi pulsera de lacasitos, tengo la sensación de que algo no va a salir bien. No creo en las premoniciones ni en videntes, sin embargo cuando tengo un sueño o un déjà vu que después ocurre, me gusta pensar que algo en mí cabeza se adelanta a los hechos cuando le place. Ni que decir de que no creo en el destino, no creo que estemos predestinados a nada, pero se que el día que te conocí era algo que tenía que ocurrir.
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